Queridos amigos y seguidores, hoy viernes nos marchamos para Aguilar de la Frontera. Un pueblo donde nos acogen con los brazos abiertos. Y no sólo por nuestro buen hacer, sino porque toda la cofradía para la que tocamos tienen a gala su amistad, su cordialidad y su disposición para hacer que nuestra estancia en su tierra sea siempre cordial y agradable. Lo cual agradecemos de todo corazón.
Hoy es viernes de Soledad. Hoy es el día en que María perdió a su hijo. Hoy queremos acompañarla. Así pues, hoy queremos dedicar nuestra música a todos nuestros seres queridos que no están con nosotros. Aquellos que por razones de trabajo o familia están en otros pueblos o naciones y aquellos que por razones de la vida, nos escuchan justo al lado del hijo de María, Jesús.
En ese lugar privilegiado donde nuestra oración musical se escucha sin fallos, con el mejor sonido de cada uno de nuestros instrumentos y nuestros corazones. A esos lugares, queremos dirigir hoy nuestros sones, nuestra mirada y nuestro aliento. Para que el soplar de nuestras trompetas y trombones, el redoblar de nuestros tambores y el alegre sonido de los platillos y la lira, lleven a través del viento, el mejor recuerdo de los que aquí estamos y los seguimos queriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario