Procesionamos para tres pasos. Un Jesús amarrado a la columna, Jesús Nazareno y Cristo yacente. Braceras y braceros portaban estos tres pasos bailándolos con buen hacer, fervor y recogimiento.
Nuestra agrupación, tras el Nazareno, disfrutando de tocar tras un paso bien llevado por sus costaleros, que a compás trocado, lo mecían al son de nuestras marchas.
No faltaron saetas en la plaza del ayuntamiento, estupendamente cantadas por buenas voces, y cerca de la parroquia comandada por D. Juan Antonio Medrán, paisano de Dos Torres.
Regresamos a casa sobre las dos de la madrugada, pensando ya en la salida a Aguilar de la Frontera, donde nos esperan alrededor de 10 horas de estación de penitencia.
¡Que se de bien!
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